El término deporte evidencia
un fenómeno sociocultural y educativo
por todos conocidos, es una de las palabras más polémicas, además de ser uno de
los términos más fascinante y complejo (Paredes, 2002).
A lo largo del tiempo
son numerosas definiciones de diversos autores que han explicado lo complejo o
simple que puede ser el deporte, ya que es visto de distintos ámbitos, en ellas
se puede observar coincidencias, en este sentido, grandes autores como Coubertin
(1960), menciona que el deporte es “culto voluntario y habitual del intenso
ejercicio muscular, apoyado en el deseo de progresar y que puede llegar hasta
el riesgo”. Por otra parte,
García Fernando (1990) entiende que en todo deporte
aparecen tres elementos esenciales definiéndolo como “una actividad física
e intelectual, humana, de naturaleza competitiva y gobernada por reglas
institucionalizadas”.
También destaca la definición
elaborada por Romero Granados (2001), quien dice que el deporte es “cualquier actividad,
organizada o no, que implique movimiento mediante el juego con objeto de
superación o de victoria a título individual o de grupo”.
Castejón (2001),
aporta una nueva definición del deporte bastante amplia en la que tiene cabida
cualquier disciplina deportiva: “actividad física
donde la persona elabora y manifiesta un conjunto de movimientos o un control
voluntario de los movimientos, aprovechando sus características individuales
y/o en cooperación con otro/ s, de manera que pueda competir consigo mismo, con
el medio o contra otro/s tratando de superar sus propios límites, asumiendo
que existen unas normas que deben respetarse en todo momento y que también, en
determinadas circunstancias, puede valerse de algún tipo de material para
practicarlo”.
Contribuciones del deporte en el adolescente
Analizando estas
definiciones podemos describir que el deporte es parte esencial en la vida del
ser humano, es necesario en cualquier etapa de nuestra vida, sin embargo es
sumamente funcional en la etapa de la adolescencia,
ya que va a contribuir directamente al desarrollo y maduración de su potencia
genético.

El deporte también favorece
la relajación y la descarga de la tensión que a menudo acumulan los adolescentes
por la escuela, además entenderán el valor de esfuerzo y disciplina del continuo
entrenamiento y verán beneficios a medio y largo plazo. Durante esta etapa de la vida, el
joven sufren de baja autoestima debido en parte, a los cambios sufridos en su
cuerpo, pueden sentirse más bajos o altos, o gordos o delgados; la práctica
deportiva sin dudas también mejorara este aspecto. Son sensaciones que pueden
mejorar al sentirse más fuertes, más ágiles, más delgados, ser buenos en algo
que les gusta, entre otras. Y por último
hacer ejercicio ayuda a cambiar el hábito que proviene del tiempo dedicado a actividades
sedentarias como los videojuegos.
Las alternativas para la práctica son mejores
si son planeadas, organizar e invitar a nuestros hijos o conocidos será una
ardua tarea, pero es importante ser tenaces con ellos, ayudar a organizar su
tiempo impedirá que recaigan en la pereza y lleven una vida más “cómoda” y poco
saludable o incluso opten por hábitos perjudiciales como drogas, el tabaco o el
alcohol. Explicarles los números beneficios, y razones de peso serán de apoyo
para que l os chicos quieran hacer ejercicio.
Castejón, F. J.
(2004a). Una aproximación a la utilización del deporte en la educación. Lecturas: educación
física y deportes.Revista digital. Año 10. Nº 73. Buenos
García Ferrando, M.
(1990). Aspectos sociales del deporte: una reflexión sociológica. Madrid: Alianza.
Paredes, J. (2002). El deporte como
juego: un análisis cultural. Tesis doctoral. Universidad de Alicante.
Romero Granados, S.
(2001). Formación deportiva: nuevos retos en educación. Sevilla: Universidad de Sevilla.
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